lunes, 25 de enero de 2010

Yo esperaré el sol por ti

Tú siempre fuiste así de maravilloso.

Te gustaba quedarte bajo la lluvia, decías que esperabas el Sol. Y sonreías.
A veces también llegaba el arco iris, era entonces cuando te echabas sobre la hierba y respirabas fuerte.
Te gustaba el olor a tierra mojada.

Me encantaba verte despertar cada mañana, con esa cara de sueño, los ojillos medio cerrados y el pelo alborotado, estabas realmente guapo.
Algunos días te levantabas antes de lo normal para ver amanecer, decías que ibas a verme, decías que ibas a ver el alba.
Eras tan adorable…

Me encantaba escucharte, tenías la voz tranquila, serena, dulce.
Recuerdo que me contabas historias, sabías miles. Nos sentábamos frente al fuego y tú hablabas. Siempre fue agradable oírte hablar.

También me acuerdo de tus ojos, azules y envolventes, titilantes y hermosos. No sabes cuánto me gustaría volver a contemplarlos.
Y de tu sonrisa. No hay nada que anhele más que volver a verte sonreír.
Me acostumbraste mal, tú siempre sonriendo, y ahora…Ahora no puedo hacer otra cosa que echarla de menos y, aún así, alegrarme…

Ahora que no estás, yo esperaré el sol por ti.

domingo, 24 de enero de 2010

...

El cielo cayó ayer mismo.
Yo vi como el sol se derretía en el mar y las volutas de vapor caldeaban el aire.
Las estrellas se rompieron en millones de añicos y las nubes se deshacían poco a poco en blanquecinos jirones.
Pero había belleza en tanta destrucción.

sábado, 23 de enero de 2010

Él

Ella añoraba su rostro melancólico y su voz color otoño, extrañaba sus ojos tristes y su sonrisa cansada.
Ella sabía que él no iba a volver.
Ahora estaba donde siempre quiso. Él se acostaba con la luna, despertaba con el sol, él corría con el viento y reía con las estrellas. Él mojaba con la lluvia y olía con las flores, él bailaba con las hojas y lloraba con los sauces.
Él se había regalado a sí mismo algo muy caro, él se había permitido el lujo de morir.